El Sufrimiento No Refuta la Existencia de Dios

Hace poco tuve una conversación con un ateo a quien le resultaba difícil creer en Dios debido a todo el dolor y sufrimiento en el mundo. Esto es comprensible. Sin embargo, la gente no se da cuenta de que el sufrimiento y las cosas malas que suceden no refutan la existencia de Dios, sino por el contrario, muestran cuánto lo necesitamos.

A continuación les presento nuestra conversación. Intento aclararle algunos malentendidos y conceptos erróneos y mostrarle el amor de Dios.

Atea: Soy atea y realmente no creo en Dios.

Yo: ¿Por qué no, si no te molesta que pregunte?

Ella: Principalmente porque hay demasiado sufrimiento en el mundo, y me cuesta creer que un Dios bueno y amoroso haga sufrir a la gente.

Yo: ¿Crees que tal vez estás culpando a Dios por todo el sufrimiento, cuando en realidad Él puede que tenga poco o nada que ver con ello?

Ella: ¿Qué quieres decir?

Yo: Por ejemplo: Un hombre va a una fiesta y bebe mucho alcohol. Sus amigos le dicen que ya ha bebido suficiente, pero sigue bebiendo de todos modos. Luego casi se da de puñetazos con alguien que intenta quitarle las llaves para evitar que conduzca a casa. De camino a casa, atropella y mata a un niño. Teniendo claro lo horrible de la situación, te hago la siguiente pregunta: ¿Mató Dios a ese niño? Mucha gente culparía a Dios por esto, pero en realidad, Dios no tuvo nada que ver. Fue el hombre, por su propia elección, quien tomó una mala decisión tras otra, quien eligió seguir bebiendo y quien eligió conducir ebrio cuando todos sus amigos trataron de disuadirlo.

Ella: OK, entiendo. Eso tiene sentido cuando lo pones de esa manera.

Ella: […pensando…] ¿Pero por qué permitiría Dios que eso sucediera? ¿Por qué no lo detiene?

Yo: Podría, pero no controla excesivamente cada una de nuestras elecciones ni interviene cada segundo haciéndonos cambiar de opinión. Más bien, Él nos ha dado libre albedrío. Él nos pide que elijamos el bien, pero nos dio la libertad de tomar nuestras propias decisiones.

Ella: […Interrumpiendo…] Sí, pero Él podría haberlo impedido.

Yo: Tienes razón, y no soy Dios, así que no sé su razonamiento. Pero lo que te puedo decir es que si Dios va a intervenir en todo obligándonos a hacer lo correcto para evitar el sufrimiento, o si va a arreglar cada resultado que alguien considere malo, entonces tiene que quitarnos nuestro libre albedrío. Dios podría haber elegido hacer de nosotros una raza de robots que obedezcan todas sus órdenes, pero entonces no seríamos capaces de amarlo o de tener una relación con Él (o entre nosotros), algo que Él quiere. Él nos ha dado el libre albedrío y nos pide que lo usemos para el bien, pero desafortunadamente, como todos sabemos, algunas personas abusan de su libre albedrío y lastiman a otros al usarlo. Dicho esto, debemos culpar al hombre y a otros que toman malas decisiones, no a Dios.

Yo: Otro punto. Conozco personas que han sido violadas o abusadas sexualmente, y lucharon con esto durante mucho tiempo en su relación con Dios. Este es un buen ejemplo porque estas personas eventualmente se acercaron a Dios llorando de rodillas, y Él amorosamente los sanó y los hizo nuevos. Algunas hablan y ayudan a otras mujeres que luchan con los mismos problemas, mujeres que no habrían recibido la ayuda que necesitaban si Dios no hubiera sacado algún bien del mal sufrido.

Ella: Bueno, todavía estoy luchando con esto, pero puedo ver tu punto.

Yo: Una última cosa para reflexionar. Dios hizo el mundo perfecto y no le gusta el sufrimiento en absoluto. No fue Dios, sino el hombre, quien trajo el sufrimiento al mundo. Pero en lugar de dejarnos sufrir solos, los cristianos creen que Dios vino a la tierra en la persona de Jesucristo para entrar en nuestro sufrimiento. Experimentó el sufrimiento como nosotros en todos los sentidos. Incluso lo tomó sobre sí mismo en la cruz en la forma de nuestros pecados.

Y, piensa en esto. cuando Jesús (Dios) caminó sobre la tierra, sanó a todos los que acudían a él por ceguera, sordera, dolencias, pecado, espíritus malignos, de toda enfermedad dolorosa, e incluso resucitó a personas de entre los muertos para mostrar que tiene el poder sobre todas las cosas. Jesús tomó la maldición del sufrimiento y revirtió la maldición, para mostrar que Él nunca quiso este sufrimiento en primer lugar, para mostrar que no proviene de Él y como un anticipo de lo que Él promete a aquellos que lo siguen. Él promete una vida eterna sin dolor. De hecho, Jesús nos asegura que lo primero que hará cuando lleguemos al cielo será enjugar toda lágrima de nuestros ojos y quitar todo dolor de nuestro corazón, para siempre. Y eso es lo que nosotros, como cristianos, esperamos. Además, invitamos a todos los demás a esta realidad también.

Una cosa que sabemos es que Dios se preocupa inmensamente por cada uno de nosotros. Y, aunque Él no siempre interviene aquí en la tierra debido a nuestro libre albedrío, una cosa que he aprendido de mi propia vida es que Él puede quitarnos el sufrimiento si venimos a Él. Él puede sanar y sanará nuestro dolor, calmará nuestras tormentas y hará nuevas todas las cosas… si se lo permitimos.